👁️🗨️lecturas: lecturas
Hace un par de días Haru no podía dormir correctamente, no desde que la entrega de su para el final de su sexto cuatrimestre le respiraba en la nuca. Cocer, corregir, descocer, volver a cocer. Cocer, corregir, descocer, volver a cocer. Era lo único que podía pensar.
Satoru había sido una gran compañía en esos días de angustia, estrés, y trasnoche. El hombre la ayudaba a llegar a la cama cuando se quedaba noqueada sobre la mesa de costura sin darse cuenta por el cansancio, le ayudaba a poner el limite que ella no podía ya que se sobre exigía ¿Cuánto es suficiente trabajo?
Le mandaba comida cuando no el no podía traerla por su trabajo, había descubierto que al estar ella sola no invertía mucho tiempo en alimentarse correctamente, como mucho un te y pan o unos fideos con salchichas. Tuvieron una conversación al respecto.
—Satoru, ya hablamos de este tema el otro día. No necesitas gastar, a menos que los días que estés conmigo, si es que te nace hacerlo. —Se opuso totalmente acomodando los almohadones del sofá ¿Cómo se supone que le dijera que no quería que gastara porque sabia que el sueldo de profesores no era tan bueno en esa zona sin que sonara feo? Además ella trabajaba para cubrir sus gastos.
Satoru se acerco a paso lento a Haru, tomando sus delicadas manos, deteniendo su accionar, llevándolas contra su pecho. Ella suspiro, conectando sus ojos con los de el.
— Cariño, ¿Puedes permitirme hacer esta pequeña cosa por ti?
—Mira. Veré de tomarme el tiempo para cocinar, lo prometo ¿Si?
Un carajo, solo se tomaba el tiempo cuando venia Isagi o Satoru.
El hechicero bufó rodando los ojos, aprendió a leer sus expresiones, Haru era una persona muy expresiva y también testaruda. Cuando no era completamente honesta su ceño se fruncía levemente y no podía mantener mucho el contacto visual.
—¿Qué impide que aceptes? Es comida—Cuestionó
—Los profesores no tienen un salario muy alto...—Mascullo entre dientes esquivando los ojos azul claro, Satoru sacudió su cabeza y frunció el ceño al no entender nada de lo que salió de sus labios
—¿Qué dijiste?
—¡Los profesores tienen un salario que con suerte llega a la mínima es por ello que no quiero que gastes!
Oh, ¿Se estaba preocupando por su bolsillo?, pensó Satoru, lo cual provoco ternura y que una risita se escapara de entre sus labios la cual intento tapar con su mano inútilmente. Haru lo observo confundida, no entendiendo que era lo gracioso.
Si supiera que la cuenta del banco del hombre tenia cantidades desorbitantes para los 27 años que ya tenia y que solo crecían mas por las misiones que realizaba pero que solo representaban un numerito mas de lo que ya poseía.
Y realmente no lo veía como un gasto. Poner su dinero en ella, era un gusto. Si por el fuera la llenaría de regalos, pero si, seria sospechoso que un profesor tuviera tantos ingresos, a menos que fuera hijo de millonarios, cosa que no era del todo mentira...
Haru se quejo en voz alta dramáticamente y se tiró contra el sofá boca abajo, escondiendo su rostro. Era en esos momentos que el que los viera entendería porque se llevaban tan bien.
El albino se acuchillo a un lado del sofá, ella giró su rostro un poco aplastado mirándolo cuando sintió su cercanía. Satoru acaricio su cabeza, Haru cerro los ojos brevemente ante el contacto adoraba sus muestras de afecto.
Solo es que a ella no le gustaba representarse como una carga.
—Haru, ¿Te amo sabes?— Ella asintió frotando su mejilla contra el sofá.— Pero debes dejar que otros cuiden de ti, eso no es un signo de debilidad. Tu me cuidas y te preocupas por mi, ¿Por que no puedo hacer lo mismo por mi mujer? Y no quiero que te preocupes mas por tema dinero, solo recibe y ya.
Su mujer, aquello hizo encender sus mejillas y esa cosa en su pecho, el amor que sentia por el. Se sentia tan afortunada de tenerlo con ella y a veces ponerlo en palabras le costaba un poco a diferencia de el, por lo que todo lo que pudo responder fue un suave "okay".
Satoru se estaba encargando de a poco de ir derribando los muros que había construido Haru alrededor de su corazón, ella tenia tanto amor para dar, pero se lo había dado tantas veces a la gente equivocada, quedándose con el amor en las manos. Esas experiencias la fueron haciendo sentir tan pequeña que tenia miedo a apegarse, a amar completamente a alguien de nuevo. El quería que ella se sintiera tan grande, porque lo era e iba a lograr que lo hiciera.
—Ahora dame un beso, pequeña cabezota —Demando girando su cuerpo y recostándose sobre ella sin aplastarla, haciéndola reír por todos los besos que repartía por su rostro, hasta que encontró sus labios y un suspiro pesado se escapó de sus labios, dándole un beso profundo. Fue por instinto como sus labios comenzaron a acariciarse mutuamente. rozándose tan suaves y la intensidad iba aumentando con el deseo palpable en ese beso, intercambiando roces y mordidas que solo tentaban mas.
Las manos de Satoru se deslizaban por su cintura vestida, acariciando la zona, colando su mano cuando la tela se amontono hacia arriba, el frio de sus manos ni se sintieron con lo cálido que se encontraba el cuerpo de Haru, la cual sentía un cosquilleo en su parte inferior.
Por inercia, Satoru termino subiéndola sobre su regazo, con sus piernas a cada lado. Disfrutaba como ella acariciaba su cabello mientras lo besaba con tanta calidez y podía sentir la unión vestida de sus partes.
Cuando se separaron en busca de aire, las mejillas de ambos estaban coloradas por lo caliente del momento. El hechicero tenia una sonrisa tonta en su rostro.
—Satoru...
—¿Si...?— La voz un poco mas ronca de lo normal, la hacia sentir atontada. Pero todavía seguía teniendo un poco de racionalidad en si misma, la cual tembló cuando sintió las masculinas manos acariciar sus muslos repetitivamente.
Haru se levanto de un salto, obligándose a si misma. Agarro la muñeca de su novio para incitarlo a ir a su estudio de costura.
—Sip, debes seguir ayudándome con mi proyecto, antes que nos distraigamos.
Esta vez, Satoru fue quien se quejo dramáticamente siguiéndola ya que el era el modelo, aunque no le disgustaba del todo.
El había sido la inspiración para Haru de su proyecto, no se lo había dicho todavía, cosa que esperaba hacer hasta la exposición de los trabajos finales en su universidad.
あなたが現れてから人生には意味がある
Mientras preparaba el desayuno para ella, Isagi y Yuta, Falling Behind de Laufey sonaba de fondo. Haru repasaba con una tonta sonrisa en sus pensamientos los momentos que estuvo compartiendo junto con Satoru en las últimas semanas.
Estaba contenta que Isagi había decidido ir a verla, por lo que decidió tomarse el fin de semana para pasarlo con su hermanito. El proyecto podía esperar, ¿Tenia que tener tiempo, verdad?, el Martes debía entregarlo y estaban a Sábado, si...
Yuta Okkotsu desde el sofá, observaba a Haru Masumi, realmente se sorprendía del parecido que tenían ella e Isagi, otros hubieran jurado que eran gemelos si no fuera por la diferencia de edad.
Notó la tonta sonrisa en el rostro de la hermana de su amigo y lo golpeó en la costilla con su codo, cuando este lo miró inquisitivamente despegando la vista de los videojuegos, Yuta le hizo un gesto con sus cejas a lo que el blondo al principio no entendió reflejándolo con sus ojos y Yuta rodo los ojos, no podía ser tan lento, pensó él. Aprovechando que Haru se balanceaba con la música y les dio la espalda, susurro "Tu hermana, idiota"
Los ojos verdes del menor se desviaron hacia ella, analizándola confundido. Si...estaba más enérgica que nunca, y estaba perdida en la música con una tonta sonrisa en su rostro, fue entonces cuando el característico sonido de un mensaje sonó en su teléfono, la veía escribir mordiéndose el labio. Bien, algo estaba pasando.
Toru 💕
Haruchan. No es justo que me muestres
que estas haciendo panqueques y no pueda estar ahi
eres malvada😭
Puedo hacerte todo los
panqueques que quieras,
cuando vengas a verme en cuanto
te desocupes con tus cosas, profesor ...
Toru 💕
Oh...si?
Y podria ayudarte a prepararlos?
—¿Haru?
La blonda levantó su mirada de la conversación al escuchar a su hermanito llamarla aún un poco perdida pensando en su conversación con Satoru, ayer se había ido a un viaje con sus alumnos y volvería pasado mañana. Isagi era un poco mas alto, llegando al metro ochenta, asomó su cabeza sobre su hombro intentando ver con quien hablaba su hermana, cuando está se percato del movimiento, empujó su cabeza con su mano.
—¡Isagi! No invadas mi privacidad — Se quejo escondiendo el aparato en su bolsillo.
Era un hombre, estaba seguro, vio los corazoncitos. La cosa era que ellos lograban dejar a su hermana destruida y a el no le gustaba verla de aquella forma, por lo que cualquiera que pudiera ser un potencial peligro de su estabilidad era un objetivo para el. Despacho a un par de chicos que habían ido a buscar a su hermana, "Ya no esta interesada" era lo que les decía bajando antes que ella. Podrán decir que era muy protector, pero sabia cuanto le afectaban las cosas.
Sabia como el corazón de su hermana se desgarraba, porque solía poner todo de si como en todo en su vida.
Al único que toleraba y veía como un buen partido era a Tadashi, al cual conocía hace bastante y era un buen tipo. Además se entendían el veía eso.
La cara de pocos amigos que puso Isagi le dio un escalofrío a Haru que intentó esquivar haciéndose la tonta buscando el dulce leche y fruta, preguntando "¿Qué?"
Su heladera estaba mas llena que nunca desde Satoru...ese hombre era una maquina de comer.
—¿Estas saliendo con alguien?
Los ojos de Haru se abrieron, Isagi era malditamente astuto.
—¿Que? No — Respondió cerrando la heladera, apoyando todo lo necesario en el desayunador. Mentirosa, pensó de si misma. Invito a Yuta para que se acercara a ellos, el cual se entretenía viendo la interacción entre los dos hermanos.
Isagi asintió en silencio sentándose al lado de su amigo y compañero. Tal vez debía ir a visitar mas seguido a su hermana.
—¿Cómo te trata el colegio Yuta?— Pregunto la rubia cambiando de tema.
El sabia que ella desconocía sobre el mundo de la hechicera, era algo que Isagi le aclaro el primer día que iba a ir a su casa.
Así que se metió un bocado antes de responder.
—Oh, tranquilo. Gojo sensei nos tiene enseñando los fundamentos de la física.
¿Gojo Sensei? ¿Cómo su Satoru Gojo?, pensó Haru mirando a su hermano engullir la comida, porque comer como una persona decente no podía al parecer. Nah, debía haber mas personas que tuvieran ese apellido.
—Me alegro si es así, Yuta. Espero que Isagi no este dando tantos problemas como cuando era pequeño —Dijo con diversión, a lo que el blondo respondió con un gruñido tragando, Haru le pego en la cabeza con una revista que tenia cerca hecha un rollo — ¡Isagi, come bien, carajo! Como si Okaasan (abuela) no nos hubiera enseñado a comer.
Yuta comenzó a reír ante la escena, era lindo sentir la calidez de un hogar de vez en cuando.
—¿Tsuru...hablaste con ella? —Pregunto Isagi, recostando su espalda en el respaldo de la banqueta.
—Mhm, Se encuentra bien cuidando de sus plantas, ya sabes como es ella—Haru se llevo un bocado a la boca y trago antes de seguir- dice que la llames de vez en cuando, que recuerdes que ella te cambiaba los pañales y que no eran realmente flores.
Isagi viro los ojos, llevándose el vaso de jugo de naranja a los labios.
—Ya la llamare.
—Deberíamos ir a visitarla.— Manifestó Haru a lo que el asintió.
Su abuela había sido la intermediaria para que entrara en el Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio, decidió encargarse de eso ella antes de pasarle la tutela a su hermana ya que cada vez se convertía en una mujer mayor. Ahorrándose de darle explicaciones. No le gustaba ocultarle cosas a su hermana, pero era mejor de esa forma.
Kurotori,Tadashi
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