馃憗️馃棬️lecturas: lecturas
“ —¿Mami?
En aquel descampado de pastizal que tenia al menos 1 metro de altura, una ni帽a de alrededor de 6 a帽os asustada buscaba alg煤n rostro familiar cerca.
¿Tienes miedo a lo que somos?
Susurros de una voz masculina acompa帽aban al aire que estremec铆a a la menor.
No puedes huir por siempre, peque帽a
Lo que hice fue para protegerte.
Lo que hice fue para protegernos.
La ni帽a con sus dos manitos se tapo los o铆dos intentando ensordecer las voces una sobre la otra que comenzaban a sonar mas fuerte aturdi茅ndola. De sus labios soltaba poco audibles "Quiero ir a casa" y l谩grimas resbalaban por sus mejillas
¡Ellos nos la van a quitar por lo que posee dentro de ella!
¡Es mi ni帽a!
¡¿Como pudiste hacerme eso?!
De repente las voces se detuvieron, por lo que lentamente abri贸 sus ojitos viendo una luz resplandecer detr谩s de ella.
Una voz gruesa y 谩spera la llam贸 a sus espaldas, sonaba conocida pero no recordaba de donde.
—Haru. —una silueta alta apareci贸 a su lado era similar a la de un hombre, la peque帽a ni帽a levant贸 la mirada. El rastro de l谩grimas decorando sus mejillas, se frot贸 suavemente una de ellas con su mano en forma de pu帽o. Aquel ser tenia la estructura de un hombre, aunque en su cabeza tenia cuernos largos negros que sobresal铆an de su et茅reo cabello blanco largo y en su rostro marcado, a la altura de su frente tenia picos puntiagudos, poseyendo rasgos de un drag贸n. Vest铆a un kimono largo negro, que parec铆a poseer escamas negras sobre sus hombros, parec铆a hasta de la realeza. A pesar de su presencia oscura, no le provocaba miedo.—Te estuve buscando y resulta que aqu铆 estabas.
Los ojos de este eran blancos, tenia un brillo en ellos y la observaban atentos y pacientes. Su voz para ella era suave.
—¿Crees que ya es momento de recordar?
Todo se oscureci贸.”
Los ojos celestes se despertaron de a poco ceg谩ndose ante el brillo que se colaba por las claras cortinas de aquella habitaci贸n. Una vez que se adapt贸 a la luz, observ贸 su alrededor. Se encontraba en una superficie suave, incluso era m谩s suave que su cama.
Se gir贸 sobre el colch贸n, buscando acomodarse para seguir durmiendo. Hasta que algo no le cerr贸 totalmente.
Miierda, pens贸.
Se sent贸 r谩pidamente viendo hacia abajo tenia puesta una remera que no era suya.
Carajo, carajo. Lo 煤ltimo que recordaba era aquel hombre de cabello blanco en el club y despu茅s se le apag贸 el cerebro. Movi贸 el cuello de la remera, colando su vista por ah铆. Un suspiro de alivio se escap贸 al ver que ten铆a su corpi帽o puesto.
Siendo m谩s consciente de que aquel no era su hogar.
No hab铆a nadie con ella en esa habitaci贸n, el lugar ten铆a un aire minimalista, como si el due帽o del lugar no pasara mucho tiempo ah铆.
No ve铆a su ropa por ning煤n lado, por lo que se levant贸, sus pies sintiendo debajo de ellos la madera parquet de la que estaba hecho el piso.
Escuch贸 el sonido de la regadera, la habitaci贸n ten铆a un ba帽o incorporado.
Se mordi贸 el cachete por dentro y en puntas de pie se apresur贸 a salir de la habitaci贸n, pasando por un pasillo que daba a un living comedor donde los sillones que se ve铆an caros eran color beige, vio una tela champ谩n ¡Ah铆 estaba su vestido! Adem谩s de una mesa grande de madera r煤stica y fina que cruzaba la otra mitad del espacio.
Lo cereza del pastel es que ten铆a un enorme ventanal que mostraba a Tokio desde una perspectiva bell铆sima, al cual se acerc贸 y se pregunt贸 como se ver铆a de noche la ciudad desde ah铆.
—Buenos d铆as —Una voz habl贸 a sus espaldas.
Haru salt贸 del susto al ser descubierta, soltando un peque帽o chillido.
Y ah铆 estaba 茅l, el hombre de cabellos blancos y mirada azul claro de anoche.
Se encontraba vestido c贸modamente con unos joggins y una camiseta de mangas cortas de color negro que se amoldaba a su pecho, incluso la poca humedad de haberse ba帽ado lograba ese efecto, dejando poco a la imaginaci贸n. Terminaba de frotar con una sola mano sobre su cabello una toalla.
Negar que tener a ese hombre frente a ella no le produc铆a cosas era una mediocre mentira. Una parte de ella se rega帽aba por a donde la llev贸 beber tanto alcohol la noche anterior y otra, saltaba de emoci贸n. Jam谩s hab铆a tenido un hombre con tal impronta frente a ella ¿y que estuviera interesada en ella? Menos.
—¿Ya tienes que irte?—Se aproxim贸 unos pasos m谩s, invadiendo parte de su espacio personal estando a tan solo 2 pasos de distancia de ella, teniendo que mirarla levemente hacia abajo, poni茅ndola un poco nerviosa.
Satoru la miraba expectante.
—Mhm. Tengo que trabajar hoy. —Respondi贸 esquivando la mirada de 茅l. Desde ah铆 pod铆a ver el desayuno, que reci茅n se daba cuenta que descansaba sobre el m谩rmol del desayunador. Su est贸mago rugi贸 notoriamente que hasta el chaman pudo escucharlo, por lo que r铆o suavemente.
El sonido de su risa encendi贸 un calor en el pecho de Haru que no sabia que pod铆a sentir.
—¿Te despedir谩n si te quedas aunque sea a desayunar? —Pregunt贸 inclinado su cabeza sutilmente. Haru dud贸, perdida en sus ojos, siguiendo su figura con la mirada cuando este comenz贸 a caminar hasta la cocina percat谩ndose de que estaba descalzo.
Haru avanz贸 unos pasos, agarr谩ndose del borde de la camiseta que le llegaba hasta la mitad de los muslos y jugando con el borde de la prenda entre sus dedos, hasta llegar al otro lado de la mesada. Hab铆a de todo all铆, desde jugo de naranja, panqueques, bud铆n de vainilla, tostadas hasta pastel de fresa, que pecado, pens贸.
Satoru suspir贸 pesadamente desinfl谩ndose, llamando la atenci贸n de Haru y fingi贸 estar triste.
—Si no te puedes quedar, toda esta comida que prepare con tanto esfuerzo se va a desperdiciar.
Haru revoleo los ojos intentando ocultar una sonrisa tonta que acechaba con asomarse. "Tu ganas" solt贸, entrando en m谩s confianza yendo a un lado de 茅l para ayudarlo a preparar lo que iban a tomar.
Satoru no pudo evitar que una sonrisa se dibujase en su rostro, satisfecho, d谩ndose una palmadita mentalmente felicit谩ndose. El haber logrado que Haru aceptara quedarse un poco m谩s ah铆 con 茅l lo hac铆a sentir emocionado, no sab铆a porque pero era as铆.
No pod铆a negar que ten铆a intriga sobre su persona, algo que por a帽os control贸 bastante bien, evitando buscarla pero el tenerla ah铆 a un lado de 茅l, por cuestiones fuera de su incidencia hacia que toda esa fuerza de voluntad se desplomara. Sent铆a esa necesidad de saber m谩s ¿Qui茅n era la mujer que tenia ahora enfrente?¿Que hab铆a sido de ella todos estos a帽os?¿Que le apasionaba?¿Tendr铆a Novio?¡¿Hijos?! ¡Ella podr铆a ser tu hermanita, Satoru! Recuerda que en ese entonces ella era una ni帽a y t煤, un est煤pido y hormonal adolescente, se rega帽贸 mentalmente. Sus pensamientos se reflejaron en su rostro con una mueca de disgusto.
—¿Podr铆as pasarme el az煤car...?—Haru volteo a verlo con su brazo estirado hacia lo mas alto de la alacena, ¿Qu茅 todo ese lugar estaba hecho para el titan que era ese hombre? Y se dio cuenta de un detalle importante que ti帽o sus mejillas de la verg眉enza bajando su mirada al piso un segundo. Ella ya andaba como Pedro por su casa y ni el nombre sabia. —¿Podr铆as repetirme tu nombre? Creo que me lo olvid茅...—Admiti贸 cerrando los ojos con fuerza.
El albino camin贸 hasta ella. Rozando su espalda con su duro pecho, el cuerpo de Haru se tenso ante eso, observando como la p谩lida mano de ese hombre pasaba sobre su cabeza tomando la azucarera del estante. Sus dedos eran angostos y largos, hasta parec铆an ser suaves.
—Satoru...—Dijo entreg谩ndoselo, Haru solo atin贸 a asentir con un suave "Gracias" y a escaparse de estar atrapada entre 茅l y la encimera de la cocina. Satoru percib铆a un poco como ella se sent铆a con sus seis ojos y disfrutaba ponerla as铆.
Haru suspir贸 sent谩ndose por fin frente a Satoru terminando de preparar su caf茅 con leche, d谩ndole un sorbo a su infusi贸n not贸 mirando sobre su taza que el albino se preparaba un t茅 con flores... te de jazm铆n, pens贸 con curiosidad. Luego de un rato de desayunar conversando c贸modamente y ri茅ndose de algunas ocurrencias del hombre
Un pensamiento azot贸 su mente.
La realidad era que ten铆a solo fragmentos de la noche anterior y quer铆a saber qu茅 hab铆a pasado realmente entre ellos, le daba tanta verg眉enza.
—Satoru —El hechicero levant贸 la vista ante su nombre, antes de llevarse una cucharada de pastel a la boca.—¿Paso...paso algo anoche?
No entendi贸 a la primera, por lo que frunci贸 el ce帽o, chupando la cuchara.
—¿Algo?—Pregunt贸 enarcando su blanca ceja.
Luego de que 茅l sacara a Haru del club, solo llegaron hasta la otra cuadra cuando ella se frot贸 los ojos del cansancio y comenz贸 a bostezar. Por lo que nuestro Hombre se ofreci贸 a cargarla en su espalda, inmediatamente la de cabellos rubios se durmi贸 con la cabeza sobre su hombro. Aprovechando eso, se teletransporto a su departamento.
En su somnolencia, Satoru la ayud贸 sosteni茅ndola de su brazo y con una mano en su cintura a caminar lentamente hasta la habitaci贸n.
"Recu茅state" dijo suavemente y Haru se dej贸 caer sobre el colch贸n de espaldas, buscaba liberar sus pies del calzado que le molestaba entre quejidos. Cuando el albino volvi贸 luego de buscar en su vestidor alguna camiseta que pudiera usar como pijama, la joven ya se hab铆a quitado el vestido y acurrucado en la cama.
Satoru intent贸 mantener su vista lejos de aquella lencer铆a color rosa p谩lido en su cuerpo, un tono rosado cubri贸 sus mejillas."Hey, te ayudo a ponerte esto" dijo en un tono suave sent谩ndose a un costado de la cama , con los ojos cerrados Haru se incorpor贸 un poco y 茅l pas贸 sus brazos por los agujeros de las mangas y desliz贸 la prenda por su cabeza que le quedaba bastante holgada.
Satoru corri贸 las sabanas y por instinto ella se meti贸 debajo de estas. Parece una ni帽a peque帽a, pens贸 el hechicero sintiendo el coraz贸n caliente en su pecho, recordando aquellas veces que acurruc贸 a Megumi.
—Si, ya sabes...como tener relaciones—Aclar贸 llev谩ndose la taza a sus labios y mirando hacia la ventana, sus mejillas se coloraron.
El costado de la comisura del albino se levant贸, casi imperceptible.
—Nada pas贸 entre nosotros. Te quedaste dormida. —Dijo levant谩ndose de su silla con la tetera en manos, pero continu贸 antes de marcharse a la cocina.—Si hubiera pasado no lo habr铆as olvidado.
Haru casi se ahoga, tosiendo tratando de pasar el trago, quer铆a enterrarse . Satoru se alejo sonriendo sin que ella lo viera, disfrutando la reacci贸n que obtuvo.
Un hecho era que aquella noche Satoru Gojo se qued贸 sentado en el sill贸n junto su cama mientras ella dorm铆a. Pod铆a ver y percibir el pesado aura blanca que rodeaba su cuerpo, este sub铆a y bajaba como ondas magn茅ticas, no pod铆a ver m谩s all谩 de eso con sus seis ojos. En sus 27 a帽os de vida nunca hab铆a visto o escuchado de algo como eso, ella parec铆a llevar una vida normal inconsciente de lo que pose铆a. Pero si llegaba a ser una posible hechicera, necesitar铆a ayuda para controlar aquello que ten铆a dentro.
El sonido una llamada entrante lo alert贸 mientras lavaba los trastes, escuch贸 a Haru maldecir por lo bajo apenada antes de atender y la vio marcharse a la sala.
—Isagi...Dios, lo lamento...No cre铆 que iba a demorarme tanto...Si, en cinco estar茅 ah铆, te quiero.
¿Ser谩 el mismo Isagi que 茅l conoc铆a? Imposible, pens贸 Satoru
—Satoru —Cuando Haru regres贸 lo encontr贸 sec谩ndose las manos. —Debo irme.
—¿Quieres que te lleve? —Se ofreci贸, tomando las llaves de su auto.
Haru neg贸 fervientemente con la cabeza.
—No, no. No hace falta, solo puede que te pida un favor.
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Satoru acompa帽o a Haru hasta la entrada del edificio. Le hab铆a prestado unos joggins y unas zapatillas que tenia de Megumi dando vueltas, las de el le iban muy grandes.
El suave roc铆o de la ma帽ana, la hacia ver como una peque帽a divinidad, aunque estuviera vestida con su ropa d谩ndole un toque masculino.
—Ya tienes mi n煤mero, as铆 que supongo que ya nos estaremos viendo. Gracias de hecho, por lo de anoche.
—Te rescatar铆a las veces que fuera necesario.
Aquel comentario prendi贸 fuego en sus mejillas y un cosquilleo en su pecho, ten铆a 22 a帽os pero se sent铆a como una colegiala a su lado ¿C贸mo se desped铆a de 茅l despu茅s de todo?
Ambos compartieron una mirada que dec铆a algo pero aun no identificaban el objeto de su sentir. Satoru distingu铆a un brillo en esos ojos celestes que con el tiempo no querr铆a verlos sin el.
Haru se inclin贸 levemente. Satoru se inclino suavemente con una sonrisa ante eso.
—¡Mata ne!(Nos vemos)¡Prometo devolverte tus cosas! — Exclam贸 Haru alej谩ndose. Satoru se despidi贸 moviendo su mano.
Esta vez no iba a poder ser como a帽os atr谩s. Dejarla a un lado parec铆a imposible ahora que pudo probar lo que era tener su presencia junto a 茅l, para 茅l.
Necesito saber, les esta gustando nuestro Satoru? 馃槶馃挆
Adjunto imagen de como me lo imagino al sujeto del sue帽o.
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